RESPETO DEL SECADO NATURAL
“La naturaleza dicta sus propias leyes y, cada año, nos depara sorpresas y nos da lecciones. Dejemos que haga su trabajo...” Vincent Darnajou.
En un proceso en el que cada gesto y cada decisión son el resultado de años de experiencia, de intercambios y de conocimientos compartidos, existe aún una parte que se deja al azar. Para preservar hasta el final esta noble materia prima y permanecer en simbiosis con la naturaleza que la confía a nuestro cuidado, seguimos una filosofía y aplicamos unos métodos de secado de la madera que dejan que el tiempo (de 16 a 24 meses) actúe libremente y que los elementos hagan su voluntad.
El secado natural permite que la madera, compuesta por un 80 % de agua cuando se corta en tablas para duelas, alcance la higrometría deseada, que ronda el 16 %. Gracias a ello, los taninos naturales del roble perderán poco a poco su agresividad y su carácter vegetal dejará paso a una gran variedad de aromas de una riqueza infinita que garantiza la singularidad de las barricas que salen de nuestros talleres. Así pues, todo el arte del tonelero reside en controlar diariamente la evolución de la maduración de la madera y en escoger el instante ideal para entrar en el proceso final de estabilización, al abrigo de los elementos.